La unión empresarial que combatió el desempleo

En marzo del 2020 llegó la pandemia y el Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, tuvo el presentimiento de que lo que estaba llegando era más duro de lo que podían imaginar o calcular, recuerda Maritza López, quien era entonces secretaria de Productividad y Competitividad.   

Algunas personas consideraban esas alertas pura paranoia. «Nos decían: esto apenas es una gripita», recuerda Maritza. Aun así, se tomaron medidas. Una de ellas fue crear una mesa con empresarios de todos los sectores económicos del departamento: servicios, industriales y financieros. Allí, semanalmente, se comunicaban datos y acciones para la toma de decisiones.   

Llegó julio del 2020 y el pico de la pandemia fue tan abrumador que el desempleo se disparó. El pánico económico se vivió en Antioquia y el país, sobre todo entre las pymes que prestan servicios y las del sector productivo; el 95 % del PIB del departamento lo aportan las micro, pequeñas y medianas empresas y estas no estaban preparadas para el impacto de la pandemia.  

El problema era complejo: los jóvenes salían a las calles en las protestas del paro nacional con la preocupación de un «no futuro». Las mujeres, además, enfrentaban nuevas dinámicas de la virtualidad, tuvieron cargas de cuidado adicionales y dejaron sus labores remuneradas; los sectores que prestan servicios, que son los que más las emplean, no lograban recuperarse.   

La urgencia que se posicionó en la mesa con los empresarios era clara: tenían la responsabilidad civil de emplearlos y demostrarles que había esperanza. Proantioquia abanderó esta causa desde el sector empresarial y fueron quienes junto a la ANDI, la Cámara de Comercio, las cajas de compensación y la Gobernación de Antioquia promovieron la alianza público – privada Qué hay pa’ hacer.   

«Por primera vez hubo una iniciativa de choque para la generación de empleo que puso a los jóvenes y mujeres en el centro de un tejido construido entre más de 120 empresas que trabajamos junto al sector público», cuenta Laura Gallego, vicepresidenta ejecutiva de Proantioquia.  

Esta estrategia funcionó de una manera práctica: todos ponen. Todas las empresas en la alianza ofrecían en promedio 2 % de su planta. «No importaba si no necesitaban esos puestos de trabajo, de por medio había una responsabilidad ética», recuerda Maritza.  

Se unieron todos los esfuerzos y todos los sectores. En el primer mes, entre todos, abrieron 6000 puestos de trabajo. Esa fue la clave, dejar de lado la lógica usual del mercado en torno a la competencia y juntar voluntades para crear empleos donde antes no los había. Así demostraron que se podía combatir la pandemia social.  

ABC de esta solución 

1. Comprender el problema e identificar la población por la que se debe trabajar. 

2. Formar una alianza en la que los acuerdos y la voluntad de aportar prime en todos los actores.

3. Todos aportan lo que les interesa con generosidad, pero a su vez, lo que saben hacer para que sea sostenible. 

4. Crear una estrategia de comunicación y marca en el que ningún actor prevalezca, sea neutra y sí convoque al público objetivo.

5. Escuchar y adaptarse a las necesidades del público objetivo.