La creación de soluciones tecnológicas encaminadas a la sostenibilidad ambiental, la equidad de género y la diversidad cultural constituyen uno de los caminos que podemos tener para cumplir el objetivo de ser un departamento educado en la próxima década.
Sara Nieto se graduó de ingeniera química, aunque en las aulas debió soportar machismos cotidianos que minimizaban el aporte de otras mujeres como ella en estas ciencias. También desde tercer semestre había descubierto que la apasionaba el desarrollo de software.
Aunque ejerció como ingeniera química y se consideraba una excelente profesional, quería cambiar de rumbo, llevaba años con esa idea rondando en su cabeza, sin embargo, era más fuerte su miedo a ser criticada.
En 2022 Sara ganó una beca para estudiar programación, era hora, por eso, cautelosa ante el riesgo aceptó el reto. Intuía que sería muy buena y que habría muchas oportunidades laborales en el mundo tech.
Durante seis meses Sara estudiaba de noche, después del trabajo. Mientras consolidaba sus conocimientos en programación, volvió a encontrarse con comentarios que reafirmaban la brecha de género que sentía desde la universidad, además, de 20 personas que integraban los grupos de estudio solo cuatro eran mujeres.
En vez de detenerse, utilizó esa sensación como motivación: “de verdad se necesita empoderar y estimular mucho más a las mujeres que quieran estudiar este tipo de carreras en las que históricamente han estado más los hombres”, cuenta Sara, quien consiguió empleo rápidamente como desarrolladora de proyectos en software.
A los pocos meses de empezar ese nuevo camino conoció Pioneras Dev, una organización que empodera a más de 1.500 mujeres en 8 ciudades de Colombia en la industria tecnológica a través del voluntariado basado en aptitudes, un ejercicio donde cada persona pone sus conocimientos y habilidades al servicio de la comunidad para abordar problemas específicos.
Ahí llegó por invitación de su prima. La enganchó una actividad que consistía en declarar algo que la hiciera sentir orgullosa. Ese día se reconoció, por primera vez, como una mujer valiente, capaz de cambiar de rumbo.
Su entrada a Pioneras Dev fue el punto de partida para desafiar sus límites, de hecho, la segunda prueba que se propuso fue ser parte de la organización de un evento de tecnología con más de 700 participantes. Eso la hizo pasar de introvertida a habilidosa gestora y coordinadora.
Pioneras Dev, además de ser compañía, ha sido un lugar seguro para consolidarse como desarrolladora e inspirarse a cultivar nuevas habilidades como la comunicación, el diseño gráfico y las finanzas personales.
“Cada una tiene un talento especial, ellas para mí son mentoras para la vida”, declara Sara, próxima a convertirse, por primera vez, en conferencista.
Hacia una educación propia
Marian Villa, cofundadora y directora de Pioneras Dev, nos contó lo que ella cree necesitamos para que en diez años Antioquia sea un departamento educado.
¿Qué es una Antioquia educada?
Una Antioquia educada se hace preguntas y genera soluciones; experimenta, no tiene miedo a equivocarse, no se queda en el error, sino que itera y rápido; abraza otras culturas y encuentra en la diversidad oportunidades para atraer valor y dejarlo acá; se considera una eterna aprendiz y está dispuesta a compartir sus conocimientos con otros; se forma para el trabajo y comprende las necesidades del mercado global.
¿Cuáles son los potenciales educativos del departamento?
La tecnología, el bilingüismo y la creación de soluciones tecnológicas encaminadas a la sostenibilidad ambiental, la equidad de género y la diversidad cultural.
¿Qué necesitamos para ser esa Antioquia educada?
Necesitamos promover el acceso universal a una educación de calidad, que no necesariamente implica pasar 5 años en la universidad. También es técnica, tecnológica y cada quien puede generar su propia ruta de educación.
Eso implica que toda persona, en zonas urbanas y rurales, tenga acceso al aprendizaje. Eso se logra con un punto físico destinado al conocimiento, con internet satelital y con herramientas que posibiliten el microlearing, pedacitos diarios de conocimiento que lleguen a través de servicios de mensajería como WhatsApp, con el apoyo de asistentes virtuales que acompañen el proceso según lo que cada persona desee aprender.
¿Qué estrategias concretas podemos implementar como ciudadanos para encaminarnos hacia allá?
Podemos crear espacios físicos o en línea para identificar problemas y generar soluciones implementando metodologías ágiles.
En estos espacios no solo escuchamos a las comunidades y promovemos la innovación abierta, sino que se da el trueque de conocimiento, donde todos tenemos algo para enseñar y para aprender, las personas se sienten involucradas, identifican sus habilidades y aprenden nuevas metodologías.
Hay algo que está pasando en comunidades open source o de tecnología alrededor del mundo, y es el concepto de payback, espacios en que las personas, voluntariamente, retribuyen a la sociedad lo que han aprendido.
Eso permite que, por ejemplo, adultos mayores, madres cabeza de hogar o jóvenes que buscan su primer empleo, puedan adquirir nuevas habilidades y unirse al ecosistema productivo.
¿Quiénes están trabajando en Antioquia este modelo de educación inclusivo para el futuro?
Las comunidades Tech de Ruta N, como Pioneras Dev; Nodo, la Universidad de los Niños y Saberes de Vida en Eafit; la Fundación Juanfe; Makaia y el Cesde.
#UnaAntioquia que multiplica las oportunidades de acceso a la educación en tecnología
¿Cuáles de tus conocimientos intercambias con los demás?
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