Maxime Bois recorría el mundo, pero cuando llegó a Guatapé, un municipio en el oriente de Antioquia, concretó su propósito de vida. Hoy construye una red de productores y productos orgánicos y naturales para promover el consumo consciente.
En 2014 Maxime abandonó su vida parisina, cómoda y con un trabajo donde recaudaba fondos para organizaciones sin ánimo de lucro. En su interior sentía el llamado de vivir una nueva aventura.
A los 26 años dio el salto, salió de Francia como mochilero, sin mucho dinero a recorrer África y Suramérica a dedo y buscar, en el camino, un destino en donde echar raíces. Luego de visitar Senegal, Marruecos, Costa de Marfil, Togo, Malí, Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador, cuando llegó a Colombia, fue a Guatapé, un lugar ‘instagrameable’ por su atractivo turístico, paisajes, colores, gastronomía y clima.
En Guatapé se enamoró de la biodiversidad y el ritmo de vida, pero también le llamó la atención la ausencia de mercados campesinos. Se desaprovechaban los productores locales y sus productos orgánicos y naturales.
Maxime vio ahí una oportunidad de negocio y de incluirse entre los emprendimientos locales. Se preguntó: ¿Cómo tejer una red de distribución de productos orgánicos y naturales locales y hechos a mano? y ¿Cómo contribuir al cuidado del medio ambiente? ¿Cómo aportar nuevas formas de generar recursos económicos a los habitantes del lugar?
Decidió conservar sus amigos y contactos en Guatapé, compró un predio en El Peñol e inició la construcción de su casa y proyecto para distribuir productos orgánicos y naturales, además, de visibilizar los que los locales producían.
En sus viajes había descubierto la importancia de consumir productos más amigables con el medio ambiente. Convencer a la comunidad y a la administración municipal de que la idea de crear la red era buena no fue fácil.
Maxime tuvo que ser paciente y persistente, también puso en práctica lo que había aprendido en su anterior trabajo: negociar y tejer relaciones en las que todas las partes se beneficiaran.
Esa «testarudez» dio buenos resultados. Organiquia actualmente agrupa y conecta a 18 productores, también ayuda a disminuir el impacto ambiental a visibilizar las marcas locales y a acortar la brecha entre productores y compradores.
El que siembra y cuida, cosecha. Maxime, además, de frutas y verduras, cultiva las voluntades que con él promueven un consumo consciente.
#Welcome a esos extranjeros que siembran oportunidades en nuestro campo
¿Cómo preparamos a Antioquia para su internacionalización?
«1. Desarrollar prontamente la infraestructura de conectividad física y digital necesaria, 2. Formar los y las habitantes de todas las subregiones para aprovechar de la mejor manera el capital humano y territorial. 3. Consolidar una oferta turística sostenible de nivel internacional». Daniel Carvalho, Representante a la cámara por Antioquia ¿Qué propones tú?
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