Te tomará unos 6 minutos leer este artículo

Un colectivo reforestó más de 1400 hectáreas de bosque con la ayuda de las familias que habitan la Serranía de San Lucas, entre Antioquia y Bolívar.

El colectivo Gente y Bosques de la Serranía de San Lucas, entre Antioquia y Bolívar, emprendió un programa de reforestación y conservación que actualmente supera las 1400 hectáreas y que involucró, desde el primer día, a la comunidad.

Comprendieron no solo la importancia ecológica del bosque, sino que tenían posibilidades económicas más sostenibles para las familias de esta región, conformada por 15 municipios de dos departamentos. Esta comunidad llegó a una nueva simbiosis: la gente protege los bosques y estos hacen posible su subsistencia. ¿Cómo lo hicieron?

Pese a que la Serranía de San Lucas fue declarada reserva forestal desde 1959, los bosques húmedos tropicales de la región están en riesgo. Hermes González y Wilfrido Cogollo, algunos de los integrantes de este colectivo, han sido testigos del deterioro de su territorio por cuenta del cambio climático. Han vivido deslizamientos, inundaciones y escasez de agua producto de la minería; además de la tala de árboles para la agricultura y ganadería.

Después de más de 60 años de vivir allí, muchas familias no tenían la conciencia de su riqueza natural ni de la presión por los recursos en la zona que dio pie al conflicto armado que afectó a sus habitantes.

Cuando la disputa por los recursos naturales dio tregua, empezaron a encontrarse las familias y a recuperar lentamente el tejido social. Uno de los primeros espacios donde esto se dio fue en un taller de comunicaciones con el que llegó la Universidad de Antioquia y que dejó como resultado el colectivo Gente y Bosques, conformado por 17 personas, entre indígenas, afrodescendientes y campesinos, que empezaron a visibilizar y trabajar por la riqueza natural de la Serranía desde 2008.

El primer ejercicio del colectivo fue un análisis de la economía del territorio. Con él se dieron cuenta de que muchas afectaciones a la naturaleza se daban por falta de opciones para la subsistencia y que, con formación y oferta de posibilidades, las familias comprenderían y asumirían su rol frente a la conservación de los bosques.

Conversaron con las familias de la región y en conjunto pensaron estrategias para con - servar sus parcelas sin cortar más árboles y que los cultivos de coca, la tala de árboles y la minería fueran reemplazadas por nuevas economías como apicultura, piscicultura y otros cultivos experimentales como la vainilla.

Además, convencieron a los ganaderos de que la presencia de árboles en sus potreros era buena, pues cada árbol, además de tener un valor industrial, le brindaba sombra al ganado y evitaba su deshidratación en temporadas de calor extremo.

Esto no fue todo, con las familias identificaron áreas que ya estaban degradadas y se propusieron sembrar allí especies nativas que la gente conocía. Empezaron a hacerlo en la cuenca Villa, de donde se surten de agua 45 mil habitantes rurales y urbanos del municipio El Bagre, en el Bajo Cauca antioqueño.

Actualmente, 72 familias campesinas apicultoras y 32 piscicultoras gozan de nuevas formas de ver la naturaleza más allá de la explotación y de economías más sostenibles gracias a la producción de miel, de peces (con los que además tienen seguridad alimentaria) y lo que se conoce como ‘pensión forestal’, la producción y venta de madera de forma sostenible cuando estos árboles cultivados lleguen a una edad madura en aproximadamente 20 años.

Esta comunidad, desde las fronteras de Antioquia en el nordeste del departamento, trabaja a diario para mitigar los efectos del cambio climático. Deja ron de ver la naturaleza como un escenario de explotación ilimitada y los bosques como enemigos, para adoptar nuevos usos del suelo que concilian lo económico y lo ecológico.

El paso a paso de esta solución:

  1. Entender la problemática ambiental y decidir cambiarla.

  2. Definir con la comunidad las áreas estratégicas para empezar.

  3. Gestionar los recursos antes de empezar para no fallarle a las familias campesinas.

  4. Implementar la parte operativa (buscar las plántulas, reunir las personas que trabajarán y cuidar los árboles cultivados).

  5. Formación ambiental para las familias y decidir en conjunto cuáles serán los árboles nativos para sembrar.

  6. Buscar alianzas para procurar la permanencia y un mayor alcance de la iniciativa

Construir una relación sostenible con nuestros bosques para #SanarElPlaneta

¿Cómo cuidas los bosques de tu departamento y del país?

Etiquetas:

bosquescambio climáticoLa Serranía de San Lucas
Únete al grupo de conversación.Únete al grupo de conversación.

Suscríbete a nuestro boletín y mantente actualizado.

He leído y acepto los términos y condiciones

La Revista Comfama es un medio de comunicación educativo, de circulación gratuita, que tiene como objetivo generar conversaciones sanas y constructivas que transmitan valores positivos a través del poder del ejemplo y las historias.