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¿Qué habita en un matorral? Para el artista Mauricio Gómez, el arte. Esas plantas que se expanden en todas las direcciones y parecen cerrar los caminos, son musa, insumo para pintar, trabajar y respetar. 

Desde niño encontré el que sería mi lugar de plenitud: el rastrojo. Sí, un montón de plantas entramadas, hojarasca y animales casi imperceptibles. Sí, también pintaba perros, vacas, caballos, pero, como telón de fondo, siempre estaba el matorral. Crecer y observar me permitieron descubrir que la maleza cumple el rol vital de regenerar el suelo, de cubrir las heridas que causa la intervención humana en la Tierra, de nutrirla de nuevo y de atraer microorganismos para que de ella brote la vida. 

Por eso decidí especializarme en matorrales y desde hace décadas eso es lo único que pinto. ¿Fue fácil?, no. Debí enfrentar esos miedos que acechaban desde el interior: ¿si se podía vivir del arte?, ¿cómo haría para pagar el arriendo? El apoyo de mis papás en aquel entonces fue fundamental, ellos me impulsaron a seguir para hacerlo posible. Sin embargo, luego descubrí otro temor: el favoritismo en el gremio, la prevalencia de lo que está de moda. Todo es tan rápido y tan variable, todo lo queremos medir, pero nos olvidamos de que hay cosas que no se miden, como los matorrales, esos mismos que nunca han estado en tendencia. Así que decidí estar al margen de galerías, cocteles de lanzamiento y otros escenarios de exposición. 

En paralelo a las galerías, museos y otros espacios de exposición; mis espacios sagrados son el monte, mi taller, los laboratorios con niños, jóvenes y adultos a los que enseño a dibujar matorrales, a observarlos, a encontrar su belleza y la vida que habita en ellos. Mi propósito es sacar a quienes pueda del sinsentido de creer que lo no que no produce no existe. 

Aunque no lo sepamos o muchos de nosotros lo ignoremos, el matorral es un universo repleto de vida y allí pasan muchas cosas imperceptibles a los afanes del día a día o las miradas acostumbradas a lo grandilocuente. 

Durante la pandemia empecé a experimentar con las utilidades de las plantas arvenses que dejo crecer en mi casa, en Rionegro. Aprendí que el cordoncillo es medicinal y sirve para tratar úlceras, que del fruto del higuerillo sale el famoso aceite de ricino y que con el del chumbimbo, se puede hacer jabón para lavar ropa. 

¿Qué es el matorral para mí?, es donde nace el animalito o donde se remonta para morir. Es el sitio donde todo acaba o donde todo empieza. Es cuestión de observar con calma, detallarlo para ver que en los matorrales hay un santuario del ciclo de la vida. Esa es la esencia de mi obra. 

Obra de la portada:  Abejorral, vereda Fátima, 2021.  Óleo sobre lienzo  160 X 130 

#QueVivaLoVivo es comprender que todo cumple un rol en el ciclo de la vida.

¿En cuáles otros rincones de la naturaleza hallas arte?

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