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Agustín Vallejo es divulgador científico y admirador del universo desde niño. ¿Estamos hechos de polvo de estrellas?, se preguntó y concluyó que todo lo que habita, habitó y habitará el planeta tiene una composición cósmica.

Mi amor por la astronomía nació con mi curiosidad infantil. Cientos de preguntas acudían entonces a mi mente y mi mamá me ayudaba a encontrar las respuestas. Quería saberlo todo de las plantas, el cielo, las nubes, los aviones y todo lo que se me ocurría. Ella, ingeniera geóloga, me leía libros sobre el funcionamiento del planeta y me ponía videos de la NASA donde explicaban algunos conceptos astronómicos para niños. 

Suele decirse frecuentemente que somos «uno con el universo» o que «somos polvo de estrellas» pero ¿qué quiere decir esto? Para que tú, yo y el resto de seres humanos podamos vivir en este planeta, muchísimas estrellas tuvieron que explotar una y otra vez durante millones de años hasta crear los elementos que nos conforman. 

El nitrógeno de nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre… proviene del interior de las estrellas colapsadas. «Estamos hechos de materia estelar», en palabras del gran divulgador científico Carl Sagan. 

Desde un punto de vista cósmico, todos venimos del mismo lugar: el Big Bang: la explosión que originó el universo hace unos 13.800 millones de años, partiendo de un único punto y expandiéndose hasta el día de hoy. 

A mis 17 años gané la medalla de oro en la Olimpiada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica (OLAA). Esta experiencia y mis preguntas por el universo me llevaron a compartir este asombro con una comunidad afín a la divulgación científica. 

Hice parte de la creación de la Preparación Regional para Olimpiadas de Astronomía (PROA), desde donde acompañamos estudiantes en su capacitación para estas olimpiadas. 

Siempre he creído que el universo es un lugar fascinante y tanto en este espacio como en la universidad donde estudio para ser astrónomo profesional, encuentro el encanto de comunicar, enseñar y divulgar este conocimiento que parece especializado, pero que a todos nos atraviesa. 

Tomar el camino de la divulgación científica no fue fácil, es un campo bellísimo, pero también muy menospreciado en la academia, temía no ser lo suficientemente riguroso o no ser aceptado. Algunos piensan que esta no es ciencia de verdad. 

Empecé con un poco de temor, porque se cree que para ser científico uno tiene que investigar agujeros negros, átomos, asteroides y cosas por el estilo. Al final me aventuré y empecé a trabajar. Cuando programé mis primeros juegos interactivos y los publiqué en línea, me invitaron a presentar mi trabajo en el SymposiumonSpaceEducationalActivities, en Barcelona y me contrataron en la Universidad de Colorado en Boulder para hacer simulaciones con un proyecto. 

Hoy soy testigo de que somos más curiosos de lo que creemos y de que cuando empezamos a preguntarnos por el funcionamiento de lo que nos rodea, sentimos una conexión más fuerte con el mundo, con el universo mismo y con todo lo que lo habita. Somos polvo de estrellas reflexionando sobre estrellas. 

#QueVivaLoVivo es saber que el cosmos está dentro de nosotros. 

¿Cuál crees que es tu conexión el universo? 

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