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José perdió a su abuelo por un diagnóstico tardío. Laura quería que ese dolor no fuera en vano. Así nació Arkangel, una inteligencia artificial que organiza datos médicos para prevenir enfermedades y salvar vidas. Su propósito: que nadie más muera por falta de información.

La historia de Arkangel AI, creada por Laura y José, no comenzó en un salón de clases de informática ni en un hospital de alta tecnología. Comenzó por una pérdida. Juan José vivió en carne propia cómo el sistema de salud falló: su abuelo fue diagnosticado tardíamente con cáncer, no porque no existiera el conocimiento médico, sino porque la información crítica se perdió en montañas de datos. Un mes después, su abuelo falleció, dejando tristeza y muchas preguntas.

Fue entonces cuando ambos comprendieron que el problema no era solo de acceso al sistema, sino de una falla estructural. Se aferraron a una idea que no los dejaba dormir: usar la IA para rescatar información y prevenir tragedias.

El detalle era que ninguno venía del mundo de la salud ni de la tecnología. Laura había estudiado marketing y logística; José, arquitectura. Aunque él se consideraba un apasionado por la programación y la tecnología, era un camino nuevo para ambos. En Montreal, una de las cunas globales de la inteligencia artificial, se encendió la chispa.

Allá, por todas partes tenían la IA; entraron a estudiarla a un instituto especializado y gracias a personas expertas entendieron cómo podían cumplir su sueño. Si bien no fue fácil, entendieron que cualquier persona, con suficiente propósito, podía entrar en este mundo.

En pocos meses luego de tanto estudiar, nació Arkangel AI. Una de sus tecnologías organiza el 80 % de los datos médicos, que usualmente están en formatos no estructurados como PDFs y notas clínicas. Otra herramienta es Messerge, un copiloto clínico que responde en tiempo real cualquier pregunta médica, basado en una base de datos científica gigante. Esto ha permitido a cientos de instituciones tener protocolos propios y detectar riesgos como enfermedades cardiovasculares, infecciones urinarias, reingresos hospitalarios o mortalidad materna.

Arkangel funciona como un puente entre los datos dispersos y las decisiones clínicas acertadas. Organiza la información, responde preguntas clave en segundos y ayuda a prevenir emergencias de salud.

Hoy, estas soluciones ya impactan a casi 68 millones de pacientes en 11 países y más de 300 hospitales en Colombia y Latinoamérica.

Uno de sus mayores desafíos ha sido vencer la desconfianza del sistema de salud. Por eso, Laura y Juan José decidieron no solo validar cada modelo con evidencia científica, sino también insistir en los procesos regulatorios, aun cuando estos se mueven más lento que el avance tecnológico.

Su meta es clara: democratizar esta tecnología para que cualquier persona, sin importar su contexto o ubicación, pueda acceder a mejores diagnósticos, tratamientos y prevención.

Arkangel no nació para impresionar, sino para no dejar morir en silencio a quienes pueden ser salvados.

¿Cómo crees que la IA puede impactar el sector salud y mejorar la vida de las personas?

La historia de Arkangel —hecha de pérdidas, intuición y aprendizaje autodidacta— es un recordatorio de que la tecnología más transformadora no nace en los laboratorios más sofisticados, sino en los corazones que se rehúsan a aceptar el mundo tal como está.

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