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Enfrentamos los puntos de vista acerca del amor de la filósofa y escritora Laura Ferrero, con los del psicoterapeuta español Luis Muiño.

Desde su quehacer, ¿qué es el amor?

Laura: Para mí fue clave un verso de Anne Carson del libro Hombres en sus horas libres: «no llega la mañana, solo quiero hablar contigo ¿por qué surge el amor? y entonces me hice viejo, vino la muerte y escribí esto, ten cuidado es agudo como el mundo». Se nos va la vida tratando de entender qué es el amor. Espero que nunca la respondamos porque entonces tendremos que dejar de escribir.

Luis: El amor es un problemón, el 80 % de las personas en terapia va por problemas de amor. Me fijo en los efectos en el siglo XXI que son malísimos porque está mal canalizado. Somos descendientes de aquellos que han hecho del amor algo infinito y eso cuando hablamos de la esencia, es muy bonito, pero en la vida práctica del siglo XXI es un perfecto desastre.

¿Qué es el enamoramiento?

Laura: Cuando mis padres se separaron, yo tenía un año y medio. Mi padre se fue de casa porque se había enamorado de otra persona y justificó su decisión diciendo «sobre el corazón no se manda». Con el tiempo, me di cuenta de que estamos muy influenciados por cómo nos dicen que debemos enamorarnos. Recuerdo en una fiesta, una chica con la que no era muy cercana me contó que había empezado a salir con un chico, que se llevaban bien y cenaban juntos, pero no sentía una gran conexión. Le pregunté si le gustaba, y me dijo: «sí, creo que sí, pero no me pasa lo que le pasa a Jennifer Anniston, no siento esas maripositas en el estómago». Me quedé petrificada porque, al igual que ella, yo tampoco sabía qué eran esas maripositas.

Luis: Sí, claro que existen esas mariposas en el estómago y son un efecto de la oxitocina en el esófago. Es importante que estén ahí porque, sin esa oxitocina, no te quedarías dos años cuidando a tus hijos. Somos descendientes de quienes sintieron esa adicción durante al menos dos años. Aquellos que no la sintieron dejaron a sus hijos abandonados, y estos no sobrevivieron. Evolutivamente, el amor está diseñado para ser una adicción que dura dos o tres años, no más.

La fase de enamoramiento, o amor pasional, dura unos dos o tres años, y luego se convierte en un amor compañero que puede durar lo que dure la relación. El amor pasional es completamente adictivo, y es ahí donde el dicho "sobre el amor no se manda" cobra sentido.

¿Qué papel juega nuestro pasado?

Laura: Si has tenido una infancia difícil, donde te faltaron los vínculos más básicos, como un padre o una madre presentes, eso genera un apego inseguro que te lleva a elegir relaciones también inseguras. Se dice que entre los 0 y los 7 años se configura todo tu mundo emocional, y si en ese tiempo has aprendido que el amor es ausencia o que uno de tus padres no te quiera o no esté, luego tenderás a buscar personas que también sean ausentes.

Luis: No tiene nada que ver. Nos enamoramos porque la otra persona tiene anticuerpos que nosotros no tenemos. Helen Fisher explica que nos enamoramos a partir de los besos en la boca, no tanto por el sexo. De hecho, el amor se define después de unos diez besos, cuando descubres que los anticuerpos de la otra persona son complementarios a los tuyos. Hay gente con apegos seguros y buena autoestima que se ha enamorado de personas insoportables y tontas.

¿Qué hacer con el desamor?

Laura: Cuando no nos corresponden o nos enamoramos de alguien platónicamente, creo que gran parte de eso es pura proyección. Proyectamos lo que necesitamos recibir, pero en realidad, eso no existe. Es como si potencialmente pudiéramos tenerlo todo, pero al final, no tenemos nada. Por eso lo imposible nos engancha tanto. Es como ese dicho de «ten cuidado con lo que deseas», porque a veces pasamos años esperando que algo ocurra, que esa persona finalmente esté con nosotros, y cuando finalmente sucede, te das cuenta de que preferías la fantasía. Y me pregunto, ¿cuántos años podemos pasar enamorados de una idea?

Luis: El amor funciona como una droga, y si no se renueva, se pasa, igual que el efecto del alcohol o la heroína. El amor se desvanece cuando ya no eres capaz de recordar las palabras exactas que la otra persona te dijo hace una semana. He trabajado mucho esto con mis pacientes, y siempre les digo que si todavía pueden recordar una frase dicha hace dos meses, entonces siguen enamorados. Para dejar de amar a alguien, es crucial el contacto cero. Dejar de ver fotos, evitar situaciones en las que puedas cruzarte con esa persona, incluso pedirles que dejen de escribirte. Es necesario ser radicales y asegurarse de que esa persona no pueda «actualizarse» en tu vida.

¿Se puede hacer un casting emocional?

Laura: No, no creo en eso, cero. Yo creo que las personas que elegimos en nuestras vidas están muy relacionadas con nuestro pasado y con lo que nos ha ocurrido. Estoy convencida de que la gente a la que te acercas depende de dónde vienes, de tus experiencias previas.

Luis: Antes del décimo beso, sí, porque al décimo beso ya hay amor. Lo ideal es asegurarse de que la persona no sea narcisista, psicopática o maquiavélica. Si te aseguras de esto, te puedes ahorrar el 90% de las relaciones tóxicas, y esto se puede averiguar con preguntas.

Dos libros para entender el amor «Eros dulce y amargo» y «Hombres en sus horas libres», son dos libros de la escritora canadiense Anne Carson que han acompañado el pensar de Laura Ferrero y que recomendamos para llenar las preguntas sobre el amor.

El amor brilla en el cerebro

Según la revista de neurociencia Cerebral Cortex, estudios con escáneres cerebrales demostraron que cuando experimentamos amor «brillan» zonas del cerebro. Las más grandes las abarca el amor por los hijos, le sigue el amor por la pareja, a los amigos, extraños, mascotas y, finalmente, a la naturaleza.

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septiembre 2024amorLuis MuiñoLaura Ferrero
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