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Nos han dicho que del suicidio no se debe hablar. Es el tabú entre los tabúes. Pero Gabriel Mesa Nicholls todavía recuerda la tarde en que su amigo lo buscó y tuvieron que hablar del tema. Entre palabras y pensamientos de una conversación, llegó la perspectiva para afrontarlo.

2.962 suicidios se registraron en Colombia durante el 2021 y, por cada suicidio en mujeres, suceden cuatro de hombres, según el DANE. ¿Cuál será el origen de esta brecha de género? 

Esta amistad es de esas que no se mueren con los años, por el contrario, desde el colegio han estado juntos y durante 50 años la amistad se ha fortalecido, mientras sus familias se encuentran frecuentemente en diferentes escenarios sociales. 

Ese día Gabriel lo notó preocupado, su mirada era distinta y se sentía a leguas que algo lo inquietaba. No en vano, su amigo le había pedido que se vieran, en parte por ser su amigo y, además, por ser un buen amigo médico. «Quiero hablar contigo porque creo que de pronto me puedes ayudar», le dijo

Cuando se encontraron, y Gabriel le preguntó qué le pasaba, le contó especialmente de la presión en el trabajo. Pero no solo era eso, todos los días sentía un peso, una carga que lo tenía abrumado y sentía que eran tantas cosas las que le producían ese malestar que no sabía cómo afrontarlo. 

«No sé para dónde coger, qué camino tomar», le dijo preocupado y Gabriel se alertó viéndolo como en una especie de sin salida. «Te confieso que se me ha pasado por la mente, en momentos críticos, el suicidio. Aunque no en este momento», dijo el amigo. 

«Creo que a todos se nos ha atravesado el suicidio en algún momento por la cabeza, no eres el único. Vivimos en un entorno con demasiada presión donde es fácil perder la perspectiva», respondió Gabriel. 

Su amigo no le entendía. ¿Qué es eso de la perspectiva? el concepto sonaba muy abstracto y Gabriel empezó con algunas preguntas para aterrizar la idea: «¿Qué es lo más importante en la vida, para vos, hoy? ¿La plata, la fama, las fincas, las empresas, las mujeres, la parranda?». 

Sorprendido por el bombardeo de opciones, su amigo le dijo que nada de eso. «Entonces qué es?», preguntó Gabriel nuevamente. «Mi familia: mis hijas y mi esposa», respondió seguro. 

«Ah, ok, eso nos va dando ciertas claridades y nos va despejando el panorama», aclaró Gabriel y siguió: «¿qué cosas tú y sólo tú puedes hacer? ¿Dónde eres indispensable o irremplazable?», preguntó Gabriel nuevamente y sin esperar respuesta dijo: «porque estoy seguro de que como papá o como hijo nadie te puede reemplazar». Es cierto, musitó el amigo. «Ahora, en tu trabajo», continuó «de acuerdo con tu función, ¿qué cosas tú y solo tú puedes hacer? ¿Dónde eres indispensable e irremplazable?». 

Su amigo no decía nada, escuchaba con una concentración que Gabriel nunca le había visto antes. Por eso continúo: «Piensa que el resto en lo que no eres indispensable, lo puedes y lo debes delegar. Más importante aún, debes delegarlo para poder enfocarte en lo más importante. Nos podemos acostumbrar fácilmente a las cargas innecesarias. Además, si lo analizas con calma, eres una persona muy exitosa». 

Ante la mirada incrédula del amigo, Gabriel expresó lo que para él era sinónimo de éxito: tener quien te ame y a quien amar, vivir con propósitos y ser conscientes de que estos cambian, se transforman; ayudar a quienes han necesitado tu ayuda, aún sin pedírtela; disfrutar cada día desde la gratitud y no haber sufrido por lo que no tenías que sufrir. 

«Posiblemente la perspectiva sea ver la vida con cierta distancia, como si fueras otro. Ser más consciente de lo logrado, y agradecerlo, que de lo que te falta, y padecerlo. No es fácil hacerlo, es más sencillo desconocer que la vida es el presente, un regalo que tenemos todos los días», dijo finalmente. 

Para Gabriel no existe una receta para acompañar a alguien que, abrumado, contempla el suicidio como una salida. Pero sin duda, este puede prevenirse y la presencia activa, la escucha atenta y la conversación, son la ayuda primaria que todos, ante la idea, podrían necesitar. Es necesario prestar atención para acompañarnos en estos momentos. En una palabra, a tiempo, podría encontrarse la diferencia entre la vida y la muerte. 

Hoy, como nunca en la historia, hay más formas de terapia y ayuda para fortalecer la salud mental, emocional y espiritual. Psicólogos, terapeutas, psiquiatras, herramientas digitales han aumentado la cobertura de manera significativa. 

Pedir ayuda oportuna no solo puede salvar vidas, nos puede ayudar a vivir plenamente.

¿Cuándo has tenido que hablar con alguien sobre el suicidio? Si esta idea ha pasado por tu mente, ¿cuál ha sido el origen?

#HablemosdeSaludMental para acompañar sin reservas.

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