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Una empresa también puede aportarle a la salud mental de sus trabajadores; KeyBe lo hace desde su nacimiento durante la crisis sanitaria por COVID-19. Esta empresa de software promueve la conversación sobre salud mental entre más de 100 trabajadores en todo el mundo.

Con la pandemia, nos enfrentamos a nuevas formas de relacionarnos y de trabajar. Las tareas en casa, la empresa y hasta la vida social, se mezclaron como en una licuadora. Fue un reto para el que pocos estaban preparados. En este contexto, nació y creció KeyBe, una empresa de software que, en menos de tres años pasó de tener ocho empleados en Medellín a tener 100 en diferentes partes del mundo. 

Fue la pandemia, y las reflexiones frente a todo lo que estaba pasando, lo que hizo que Felipe y los demás fundadores de la empresa pensaran en que había que volver a la esencia y ser más empáticos con nosotros mismos, nuestros compañeros y clientes. No era el mejor momento para crear una empresa de la exigencia y velocidad que requiere el mundo de la tecnología. La gente estaba cansada y sentirse presionado era el peor de los alicientes laborales. 

Por eso, los creadores pensaron en que en el centro de su día a día debía estar la salud mental y el bienestar de sus trabajadores y que, de esta manera, podrían ser incluso más productivos. 

No era un reto sencillo: los casos de trastornos y las consultas por salud mental venían en aumento justo por cuenta de la pandemia. Es un tema que, gracias a ella, logramos poner sobre la mesa. Por eso decidieron que desde la empresa podría generarse una manera proactiva de gestionar las emociones de sus colaboradores, que esta no era solo una tarea personal y que no solo impactaba el entorno íntimo o familiar. 

«Si bien la automatización de procesos nos abre un mundo de posibilidades, en KeyBe tenemos la convicción de que esta funciona como recurso para facilitar los trabajos repetitivos; pero, para que opere como se necesita, detrás debe haber una persona feliz, cálida, con capacidad humana y de persuasión; con un mindset de crecimiento y de aprendizaje con otros», dice Felipe Arango, uno de sus fundadores. 

Se preguntaron entonces por la cronificación del estrés laboral o, lo que se conoce como síndrome del burnout, y decidieron poner al ser humano en el centro de su operación. 

Síndrome del burnout

Se refiere a un grupo de síntomas relacionados con desgaste mental y físico. Se origina con la carga y el estrés laboral continuo y crónico. Se experimenta pérdida de energía, incapacidad para descansar, fallas en la concentración y en la memoria, síntomas digestivos, dolor de cabeza, dificultad para dormir, ausentismo laboral… y frecuentemente quienes lo padecen no reconocen sus propios síntomas: psiquiatra Óscar Correa.

El estrés no es negativo en sí mismo, nos ayuda a movilizarnos. No obstante, cuando es crónico sí representa un problema, por eso en esta empresa decidieron que lo ideal no era reprimirlo sino acompañar a los trabajadores que lo viven para entender su origen y aprender a manejarlo. Lo ideal es que este no se sufra pero, cuando sucede, hace la diferencia el contar con herramientas para afrontarlo. 

En esta industria se mueve más rápido la tecnología que el mundo en sí, y el tiempo es un recurso precioso. De ahí que se preguntaron cómo propiciar momentos de oxigenación laboral y desconexión. Adoptaron acciones que hoy saben que han sido acertadas, como ver el rostro del otro en una reunión, romper el hielo con una canción o un chiste, ponerse de pie y estirarse, ir por un café, promover un aprendizaje permanente, ser muy concretos y respetar los espacios personales. 

«Lo adoptamos como algo mucho más entretenido, lejos de lo obligatorio», resalta Felipe, quien está convencido de que los empresarios y organizaciones pueden reconstruir las formas de relacionarnos que se fragmentaron por la pandemia y que, para esto, es fundamental conocer las motivaciones, miedos y sueños de las personas con las que se relacionan gran parte del día. «Reconocer al otro, puede ser como vernos a nosotros mismos a través de un espejo». 

Preserva un espacio para el ocio

Una buena película, libro, serie, o tertulias con personas que te agraden o un momento de descanso o de no hacer nada, son necesarios para evitar el estrés, la ansiedad y otras dificultades. Esta es una inversión en tu salud mental. Además, la solución a problemas es una labor que requiere del pensamiento creativo y este emerge si se cuenta con suficientes espacios de ocio.

¿Cómo cuidan en tu empresa de la salud mental de sus trabajadores? ¿Cómo cuidas la tuya para no padecer de estrés laboral

#HablemosdeSaludMental también en las empresas.

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CuidadoDesconexión EmpresasEstrésFelipe ArangoKeybeSíndrome de Burnout clase mediacapitalismo consciente
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