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Un videojuego puede ser más que entretenimiento. En ellos pueden habitar otros idiomas o la mitología o la cultura un país. 

Italia, durante el renacimiento o Estados Unidos, durante su independencia, allí estuve gracias a  Assasin´s Creed, un videojuego de acción y aventura, desarrollado por Ubisoft Montreal en 2007. Gracias a él, como a otros juegos bien investigados y realistas he aprendido cosas de la manera más divertida.  Otro de mis juegos favoritos es Journey de PS4. Con él he viajado y escapado a otros mundos y sumergirme en otras realidades. Para mí es una aventura completa.   

Mi primer acercamiento a los videojuegos fue a los siete años, cuando iba a jugar a la casa de un amigo de la cuadra. A los ocho ya tenía mi primera consola y la mayoría de mi tiempo libre lo dedicaba a este pasatiempo. Siempre tuve límites y mi mamá estaba pendiente para que no dejara de responder por el estudio.    

Los regaños de mamá no faltaban, pasaba mucho tiempo jugando, me decía. Tampoco los comentarios de que dejara de perder el tiempo jugando, incluso de alguien con quién empezaba una relación que finalmente no prosperó. Siento que sé diferenciar los espacios para esta y para las demás actividades. Jugar para mí es meditación, mi momento de conexión y decidí vivirlo.  

Los videojuegos han influido de tal manera mi vida que ahora me siento con la habilidad de pensarme como si estuviera en uno. Soy esquemático y para cumplir mis tareas o pendientes, organizo las fases para cumplirlos y trabajo por “misiones”.    

Si buscas en Google las palabras ´Lejos del control´, podrías ver páginas de Facebook, Instagram y Youtube con contenido sobre videojuegos donde presento mis análisis de las cosas que amo jugar o ver en las pantallas. 

Creé este canal durante la pandemia, fui parte de esa ola creativa de personas que decidieron abrir su propio canal para compartir contenidos. ‘Lejos del control’ lo creé con el objetivo de demostrar que los videojuegos en particular van más allá de ser un simple producto. 

Gracias a estos he aprendido, como muchas otras personas, desde historia hasta un nuevo idioma, pasando por adquirir nuevos conocimientos de literatura o música. La mayoría de los videojuegos que jugué en mi juventud eran en inglés y esto me hizo familiarizar con la lengua. En mi canal comparto datos curiosos de las películas, cómo jugar y trucos para pasar de niveles en los videojuegos.    

Así como los libros, series o películas, los videojuegos son otra forma de inmersión en diferentes narrativas y perspectivas. Estos siempre tienen un componente lúdico, divertido y educativo. 

Aunque no lo hago frecuentemente, muchas veces juego con una libreta en la que apunto frases, canciones, poemas o libros. Mis películas favoritas son las japonesas y esto me ha permitido conectarme con la cultura de este país, su gastronomía e incluso su idioma.     

Este es mi ritual,  mi momento de conexión con el ocio. Me divierto, disfruto jugando y aprendo de forma apasionante.

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que aprendiste algo de forma divertida? 

¿Jugamos? Sí. #Juguemos, porque al hacerlo también aprendemos. 

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