Tener, o no, hijos, una conversación familiar

Desde muy temprano en su relación, Santiago García y William Cárdenas ya habían considerado interrogantes sobre el futuro de la relación que estaban construyendo y si los hijos podrían ser una de las formas de crecer y transformarse como familia, pues este tipo de decisiones son relevantes en el proyecto de vida.

«Si uno quiere hijos y el otro no, y te das cuenta de eso muy tarde en la relación, puede generar incorformidades y frustraciones», dice Santiago. «Conversamos sobre si nos gustaba la idea de ser padres y si veíamos el matrimonio como un camino; a nuestros 29 y 32 años, sabíamos que de estas respuestas dependía el futuro a largo plazo».

Como compartían la visión de la importancia de la familia, se casaron en el 2018 y en el 2022 hablaron nuevamente del futuro como pareja y familia, de los caminos para ser padres y si ya era el momento deseado. Sobre todo, porque William quería ser un padre joven y disfrutar al máximo de esta etapa de ser padres, o incluso abuelos.

«Supimos que como pareja homoparental podíamos participar del proceso de adopción en Colombia, y desde entonces nos hemos preparado de manera muy consciente y amorosa para este importante paso», relata William. A finales del 2022, iniciaron el proceso.

Mientras tanto, Laura Guerra y Gabriel López también vivían este momento familiar. Laura se había operado para no tener hijos desde los 24 años y, después de varios años, era incierta la posibilidad de encontrarse con alguien en la misma sintonía.

Quería encontrar una persona que, como ella, quisiera concentrarse en su trabajo, los viajes y en toda la vida más allá de los hijos. Después de hablar con Gabriel, se dieron cuenta de que habían tenido suerte, ninguno de los dos quería. Ambos consideran que tener hijos es la responsabilidad más grande que se puede adquirir, «tanto que da miedo», dicen.

Para Santiago y William, el proceso de adopción les ha obligado a hacerse otras preguntas: «¿por qué queremos tener un hijo?, ¿para cumplir nuestras expectativas?, ¿para que nos cuide cuando seamos viejitos?». Se dieron cuenta de que lo que desean es la magia de guiar a otro y ayudarle a cumplir sus sueños más genuinos.

Por su parte, Laura y Gabriel quieren seguir viajando, trabajando y sintiendo la libertad que hoy disfrutan junto a sus ocho gatos, a los que hay que cuidar con total responsabilidad. Saben que no tener hijos, es tan válido como tenerlos y que vivir en pareja también es tener una familia. Con hijos o sin ellos, familia es familia.