Repetimos infinidad de mitos sobre la población mayor sin detenernos a reflexionar acerca de qué tan reales son.
Vigilante: «Los acompañantes por favor a la derecha».
María Astrid: «Yo hace rato le estoy diciendo que soy estudiante y vengo a mi inducción».
Así le contestó María Astrid Ariza Medina al portero de la Universidad Eafit, quien, en su desconocimiento, no esperaba que ella, con más de 60, iba para el salón de clases, como otros alumnos y alumnas más jóvenes.
El 20 de junio del 2024 a sus 62 años, María Astrid se graduó de psicología cumpliendo un sueño que pospuso durante 40 años, ella desmitifica el dicho popular de “loro viejo no aprende a hablar”.
Inspirados en ella decidimos preguntarles a las personas mayores acerca de otras mentiras de la vida después de los 60, esto fue lo que hallamos:
Mito 1:
«De los viejos viven los médicos»
REALIDAD:
«Voy a la EPS para los exámenes de control de cada año, de resto, no sé qué es visitar un médico, y cuando voy, hablamos de historia, de política y de la vida». Germán Zapata, 86 años.
Mito 2:
«No hay sexo después de los 60»
REALIDAD:
«Después de los 60 se disfruta más el sexo porque hay más experiencia, es como el vino, entre más años, más rico, sí debe ser algo compartido, discutido y disfrutado en compañía. El deporte influye mucho y la creatividad». Javier Claro, 69 años.
Mito 3:
«No controlamos nuestra vejez»
REALIDAD:
«Hace cinco años me atropelló una moto. El médico me dijo: si usted no fuera tan juicioso toda su vida haciendo ejercicio no se hubiera recuperado tan rápido. Mis familiares y amigos también se sorprendieron. Sané más fácil por hacer ejercicio día de por medio, por estar activo y vital». José Gerardo Salazar, 76 años.
Mito 4:
«Los jóvenes van en grupo, los adultos en parejas y los viejos solos»
REALIDAD:
«Comencé a recorrer el país y conocí a Olga y a otras personas maravillosas con quienes comparto estos recorridos». María Margori Giraldo Pérez, 62 años.
Siempre vigentes
SIEMPRE ESENCIALES Las personas mayores de 60 son como árboles que han crecido firmes y fuertes, con raíces profundas que sostienen su sabiduría y experiencia. Cada arruga cuenta una historia, y cada paso es una muestra de vitalidad y conocimiento que sigue siendo esencial. No hay edad para dejar de aprender, crear o soñar; ellas son prueba viva de que el entusiasmo y las ganas de contribuir nunca caducan.
Etiquetas:
siemprevigentesEstereotiposenvejecimientoenvejecimientos mitosSuscríbete a nuestro boletín y mantente actualizado.
La Revista Comfama es un medio de comunicación educativo, de circulación gratuita, que tiene como objetivo generar conversaciones sanas y constructivas que transmitan valores positivos a través del poder del ejemplo y las historias.