David usa el juego para fortalecer los lazos familiares y hacer más llevaderas las situaciones del día a día.
Padre: (Con una sonrisa) Cariño, es hora de bañarse. Vamos, no te tomará mucho tiempo.
Hija: (Con cara de disgusto) No, papá. No quiero bañarme. Es aburrido.
Padre: (Pensativo, luego sonríe con picardía) ¿Sabes qué? Creo que tienes razón. Bañarse puede ser aburrido... a menos que... (mirándola con ojos brillantes) ¡seamos piratas!
Hija: (Curiosa) ¿Piratas? Padre: ¡Sí! ¡Piratas! Y la bañera será nuestro mar. Navegaremos en busca de tesoros y tendremos aventuras mágicas. ¿Qué dices, capitana? Hija: (Emocionada) ¡Me gusta! ¡Vamos a ser piratas!
Padre: (Con voz de pirata) ¡Argh! Entonces, capitana, sube a bordo de nuestra nave. ¡Prepárate para surcar los siete mares!
Hija: (Saltando) ¡Sí, sí! ¡Vamos!
Padre: (Abriendo la puerta del baño) Ahí está nuestro barco, ¡la bañera! Primero, necesitamos las burbujas mágicas que nos protegerán de los tiburones.
Hija: (Riéndose) ¡Sí, tiburones malos! ¡Más burbujas, papá!
Padre: (Llenando la bañera de espuma) ¡Burbujas listas, capitana! Ahora, sube a bordo. ¿Estás lista para nuestra primera aventura?
Hija: (Entrando en la bañera) ¡Sí, capitán!
Así, jugando y encarnando distintos roles, es como David Sanín, improvisador teatral de 44 años, utiliza el juego para resolver situaciones cotidianas, como bañar a su hija de cuatro años, una niña curiosa y llena de energía. No solo lo hace con su hija; su esposa y su papá, también han sido parte de su juego de improvisación, con el que ha logrado hacer más livianas algunas situaciones tensas en la pareja y la brecha generacional con el mayor de la familia.
David lleva 24 años haciendo improvisación y es miembro de la compañía teatral Acción Impro. Aunque probablemente tenga mucha más experiencia actoral que la mayoría de quienes estamos leyendo esta historia, asegura que la imaginación es algo con lo que todos venimos dotados de fábrica y que, para hacer más divertidas algunas situaciones de la vida, lo único que hay que hacer es utilizarla.
De hecho, nos sugiere tres cosas para tener en cuenta para ponerle improvisación y juego a situaciones cotidianas de nuestras vidas:
Identificar cómo me siento.
Identificar cómo puede estar sintiéndose el otro.
Escuchar el contexto y el entorno.
Con ese triángulo es posible ponerle juego e improvisación a casi cualquier momento de la vida, creando no solo soluciones, sino también recuerdos felices y una conexión más fuerte con los seres queridos.
¿Te animas a intentarlo? Si tu respuesta es sí, creamos el siguiente juego para ayudarte
Dice la ciencia:
La lúdica puede mejorar la salud mental, reduce la ansiedad y la depresión, y mejora la calidad de vida. Permite distraerse de pensamientos negativos y aumenta la autoestima y la confianza.
#JUGAMOS para prevenir el estrés
¿Cómo puedes agregarle improvisación y juego a tu cotidianidad?
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julio 2024improvisaciónAcción ImproDavid SanínSuscríbete a nuestro boletín y mantente actualizado.
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