Los retos del envejecimiento

¿Se envejece igual en cualquier contexto?

El envejecimiento en Colombia varía según la región y el acceso a recursos, lo que significa que no es un proceso estandarizado. Factores como la atención en salud, la educación y los servicios institucionales influyen en las experiencias de las personas mayores. Envejecer en Medellín, Turbo, Barranquilla o Envigado resulta diferente debido a estas variaciones contextuales. A nivel global, también existen grandes diferencias, estas desigualdades crean retos diversos en la atención de personas mayores en áreas urbanas y rurales.

El envejecimiento tiene grandes retos, especialmente para quienes no cuentan con una pensión. Muchos de ellos dependen de sus hijos o trabajan en la informalidad. En Medellín, este envejecimiento sin garantías implica que muchos mayores sigan trabajando en la calle, y cuando ya no pueden cuidarse, dependen de familiares o, en casos limitados, de instituciones con pocos cupos.

¿Por qué la salud mental de las personas mayores es un reto importante?

Por la acumulación de vulnerabilidades a lo largo de la vida de las personas mayores, especialmente las mujeres. Han enfrentado una educación deficiente y múltiples crisis. Las y los mayores han vivido eventos históricos traumáticos, como la violencia entre liberales y conservadores, conflictos con guerrillas y paramilitares, desplazamientos, pérdidas de tierras, familias y animales, lo que ha dejado profundas huellas psicológicas, cognitivas y emocionales. Esta acumulación de sufrimiento demanda un apoyo específico para mejorar su calidad de vida.

El envejecimiento activo también resalta la importancia de la socialización, algo que se vio afectado por las restricciones en la pandemia, lo que aumenta el riesgo de enfermedades mentales y un envejecimiento negativo debido al aislamiento social, particularmente en actividades como asistir a iglesias, que eran cruciales para personas mayores. Como respuesta a las restricciones nació la «Rebelión de las Canas» en Francia y en Colombia, las personas mayores demandaron la protección de sus derechos tanto en hospitales como en lo público.

¿Por qué debemos cambiar nuestra mentalidad acerca del envejecimiento?

Las ciudades no están diseñadas para las y los mayores. Se siguen construyendo como si fueran para jóvenes, sin prever el envejecimiento acelerado. Para el caso de Latinoamérica, para el 2050 las personas mayores seríamos el 25,9% de la población, para el 2060, el 31,7%. También se resalta la desconexión entre ser joven y reconocerse como una persona que envejece. Aceptar este proceso y adaptar la ciudad para personas mayores es clave para mejorar su calidad de vida y prepararnos para nuestro propio envejecimiento.

¿Cuáles pueden ser algunas soluciones a esos retos que plantean los envejecimientos de las personas en Antioquia y en Colombia?

- La discusión sobre el envejecimiento debe ser una conversación prioritaria para las y los jóvenes. Debemos poner en el centro la discusión sobre el cuidado y la transmisión de saberes. Así como se habla de la inteligencia artificial, el envejecimiento debe propiciar participación y discusión.

- El sistema educativo y las ciencias humanas deben abordar el envejecimiento de manera integral.

- En términos de atención médica, debería aumentar el número de geriatras y psiquiatras en Colombia, y aunque la enfermería y la medicina abordan el ciclo vital, el enfoque sigue siendo mayormente asistencial y orientado a las enfermedades, como en el caso de las investigaciones sobre el Alzheimer.

- La universidad, por ejemplo, debe adaptarse a una población más diversa y ofrecer una oferta educativa estructurada para personas mayores.

¿Cómo entender un país que envejece?

Antes, las familias numerosas facilitaban el cuidado de las personas mayores, pero ahora, con menos hijos por familia, el reto es mayor. Legalmente, los hijos son responsables de cuidar a sus padres, según una Ley de 2017, y el Estado ha transferido esta obligación a las familias porque no puede proveer más instituciones de cuidado. El problema es que la generación actual puede no tener hijos o tener muy pocos, lo que plantea la pregunta de quién los cuidará en su vejez.

¿Ante esto qué podemos hacer?

Para abordar esta cuestión, se plantean varios desafíos y posibles soluciones.

Cuidado colectivo: es necesario plantearse si el cuidado será una responsabilidad colectiva, promoviendo estructuras sociales que permitan su viabilidad. Esto implicaría la creación de redes de apoyo que faciliten el cuidado entre personas, como la convivencia entre amigos o familiares.

Soluciones individuales: una alternativa que se menciona es ahorrar para pagar una residencia de retiro, lo cual permitiría a la persona vivir de manera independiente en un espacio propio, aunque rodeada de extraños. Sin embargo, esta opción es difícil de alcanzar para muchos, lo que deja a quienes no pueden costearlo en una situación de vulnerabilidad.

Rol del Estado: no parece haber planes claros del Estado para abordar este problema de manera efectiva, como la construcción de residencias para mayores o soluciones similares. Esta falta de intervención estatal deja la responsabilidad del cuidado en las familias, aunque no siempre hay hijos o parientes disponibles para asumir esa tarea.

¿Cómo solucionarías los retos de la vejez?