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> «Tengo conciencia de cantar antes que de hablar», dice Caro Jaramillo para quien la música lo era todo pero había dejado de cantar. Tras la muerte de su esposo encontró en su voz la voluntad y fuerza para seguir adelante.

Caro Jaramillo ha tenido que enfrentar dificultades de salud durante toda su vida, pero desde niña encontró en el canto la manera de superarlas: «la música me daba vida», dice.  

Cutlivó su voz en diferentes escuelas de canto y también estudió economía. En 2004 decidió dejar temporalmente la música y concentrarse en su faceta más académica. Ese mismo año conoció a Alejandro Cock, un documentalista alegre y lleno de vida, quien se convirtió en su esposo tiempo después.  

Él le pidió que no dejara la música, sabía lo que para ella significaba y la vida que le daba: «Caro, te vas a enfermar, no dejes de cantar», le dijo. Tiempo después, Caro atravesó una enfermedad que afectó el color de su voz, implicó una cirugía y, además, le produjo una crisis nerviosa. Por años intentó cantar, pero la voz no le salía.  

A pesar de que Caro no podía recuperar su capacidad de cantar, la pareja fue feliz por varios años. Cine, amigos, bosque, mar y viajes, hacían parte de su cotidianidad.  

Pero, de nuevo, tuvieron que enfrentar la enfermedad. Esta vez era Alejandro, a quien le diagnosticaron cáncer y pronosticaron seis meses de vida. Para Caro, fue la noticia que le revolcó la existencia. 

Ahora, después de once años juntos, tenían la certeza de una ausencia irremediable y con estas dos opciones: aceptar la enfermedad y disfrutar el tiempo que Alejandro tuviera; o morirse en vida porque no se podía hacer nada más.  

En medio del dolor y la incertidumbre acordaron aprovechar lo que tenían «aquí y ahora» y recibir la enfermedad como una maestra. De todas formas, a ella le faltaba fuerza para seguir. Así que decidió volver a intentar, con ejercicios y terapias, recuperar su canto y hallar allí un motor.  

Después de tiempo y esfuerzo, a la par del tratamiento que enfrentaba Alejandro, ella recuperó la voz y se atrevió a hacer lo que nunca antes: componer. Escribió «El amor es lo que salva», álbum dedicado a él.  

La alegría de recuperar su voz se mezclaba con la tristeza de la fase final en la que estaba Alejo y la angustia de perderlo. Aun así, siguió adelante. Él vivió tres años más de lo pronosticado hasta que finalmente murió. A Caro le quedó un profundo vacío pero se había prometido a sí misma, y a su esposo, no dejar de cantar. Gracias a esto encontró la sanación para seguir adelante.  

Lo que vivió con la muerte de su compañero de vida, le permitió resurgir, reconstruirse y recuperar una gran voz que aún canta: «Ya no temo a estar en el vacío, tampoco a soltarte corazón, en tanto amor no cabe el olvido, déjame emprender el vuelo hacia mí», fragmento de la canción Diente de León.

#ElProgresoEs hacernos cargo y volver a empezar cuando sea necesario

Dice la ciencia: las personas con mentalidad fija creen que nacen dotadas para hacer algunas cosas pero incapaces de otras; mientras que las personas con mentalidad de crecimiento creen que pueden convertirse en virtuosas de cualquier cosa si se esfuerzan lo suficiente. Fuente: Mindset, de la psicóloga americana Carol Dweck ¿Cuándo fue la última vez que tuviste que volver a empezar? ¿Cuál fue tu impulso para lograrlo?

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