¿Puedo ser mi mejor plan?

Fresa y chocolate es una película cubana que narra la amistad de Diego, un artista homosexual, y David, un comunista entregado. Juan Diego Uribe, de 43 años, comparte nombre con el protagonista de esta historia, la misma que vio cuando decidió ir al cine por primera vez solo. «¿Y eso tan raro?», «¿estás bien?», «¿cómo vas a ir al cine solo?», fueron preguntas que le hicieron sus amigos cuando se dieron cuenta.

La búsqueda

Para ese momento Juan llevaba más de diez años siendo el dueño de un restaurante, eso lo había acostumbrado a tener horarios de trabajo, tiempo libre y momentos de disfrute diferentes a los de la mayoría de las personas. Casi siempre era difícil coincidir con alguien para salir. «No puedo», «estoy cansado», «tengo que trabajar», «mejor avísame la próxima», eran las respuestas que recibía cuando buscaba compañía para ir al cine, teatro, ópera o viajar.

La insistencia y el cansancio

Aunque Juan sabía que eran razones válidas, se sentía muy frustrado e impotente por la idea de tener que esperar a coincidir con alguien para hacer esos planes. Era como tener su vida en parálisis. «La próxima», muchas veces, terminaba siendo nunca. Fueron incontables las veces que lo dejaron plantado, le cancelaron sin razón a último momento. Juan se quedaba triste y solo entre las cuatro paredes de su habitación.

La decisión

Luego siete años de esperar, un día, cansado de esperar y parado en el marco de la puerta de su casa las preguntas empezaron a rondar su mente: ¿cuánto más tengo que esperar a alguien para armar un plan? ¿será que le tengo miedo a estar solo? Estaba confundido, no tenía las respuestas a esas preguntas, pero sí un deseo genuino de que las cosas fueran diferentes. Dio un paso adelante y se arriesgó a ir a la ópera sin compañía y aunque en el camino pensó varias veces en devolverse, no lo hizo, había empezado su camino de enfrentar, con un abrazo a su soledad.

Ya pasaron siete años de ese día y aunque ahora Juan comparte planes con sus amigos y con su red de apoyo, en soledad ya viajó, conoció el yoga y aprendió a jugar vóley playa. Hace sus planes a su ritmo siendo su propia compañía.

Como consejo, ante esos momentos de soledad y duda que aun a veces se le presentan, recomienda preguntarse: «¿qué es eso que harías si no tuvieras miedo?», ¿cómo podrías convertirte en tu mejor plan?»