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Enyi Agudelo quiere celebrarle los quince años a su hija y, al tiempo, sueña con una casa propia donde verla crecer. Se fija propósitos a corto y largo plazo.

Sin embargo, no hablaba de eso con nadie porque lo veía lejano, de hecho, ni estaba segura de que fuera posible lograr sus metas. Era consciente de que había un hábito importante que creía no poder practicar: el ahorro. «Es imposible, no gano tanto para ahorrar», se decía.  

Ya había intentado guardar algo de dinero, pero finalmente lo gastaba todo. Entre mercar, pagar servicios, arriendo y comprar materiales de estudio para su hija, o ahorrar, siempre prefería lo primero. Cada moneda parecía tener un destino diferente al ahorro. Así vivió durante 30 años, hasta cuando entró al programa Ruta progreso. 

Dicen que pensar mucho en algo ayuda a que ese algo suceda. En Flores El Trigal, la empresa donde trabaja, la notificaron de que había sido elegida para integrar este programa.   

A Enyi el nombre de la iniciativa le llamó la atención y decidió aceptar la oportunidad porque, además, la empresa le daba el tiempo para asistir a las mentorías sobre finanzas, hábitos, cuidado y bienestar. 

No le gustó. Por lo menos al principio se sintió desconectada y se le dificultó ver cómo Ruta progreso podía integrarse en su vida. Pensó abandonar; hasta que en una de las mentorías le preguntaron: ¿cuáles son tus sueños? 

Ese día, por primera vez Enyi se atrevió a nombrar sus sueños en público. Fue como si la neblina se disipara, inmediatamente comprendió por qué estaba en Ruta progreso y una cosa llevó a la otra, primero construyó un plan y luego identificó sus ‘gastos hormiga’. 

Con el paso de los días y mientras más pensaba en estas cosas que antes no conocía, vio que todo lo que había aprendido en las mentorías tenía que ver con su vida, que no era que el dinero no le alcanzara, sino que no lo administraba bien y que sí era posible gastar un poco menos para ahorrar algo. 

Comprendió que aprovechar lo aprendido dependía de ella y de su voluntad para trazar una ruta paso a paso y cumplir sus sueños.  

Su vida cambió porque ahora se siente capaz. Su trabajo y condiciones sociales siguen siendo las mismas, pero Enyi es hoy otra persona, una que comprende que el camino no siempre es fácil pero que confía en que con una planeación adecuada y disciplina cumplirá lo que se proponga. Los propósitos de Enyi son más grandes que las dificultades cotidianas. 

#ElProgresoEs trazar una ruta y seguirla para hacer realidad nuestros sueños

Dice la ciencia: Las personas con mentalidad de crecimiento dan la bienvenida a los problemas y los ven como desafíos, no como obstáculos insuperables. Fuente: Mindset, de la psicóloga americana Carol Dweck. ¿Cuál es el sueño más grande que has cumplido y cómo lo hiciste?

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