Lo que parecía imposible se convirtió en una gran compañía para Irene: leer y mejorar su inglés paso a paso, noche a noche.
Irene no leía libros. Veía a su hermana y a su papá leer con pa - sión y pensaba que, ojalá, algún día ella pudiera adquirir ese hábito. Para ella, abrir un libro era una obligación, y en el colegio veía dos tipos de personalidad en sus compañeras: las que disfrutaban leyendo y las que prefe - rían hacer cualquier otra cosa. Irene pertenecía al segundo grupo. Lo poco que leía era para evitar ser catalogada como ignorante. Sin embargo, siempre abandonaba los libros después de unos capítulos, frustrada por no encontrar una narrativa que la atrapara.
Guillermo, su padre, fue quien la motivó a intentarlo nuevamente. Le regaló un par de libros en inglés, poco antes de que Irene migrara a Canadá para em - prender una nueva aventura. Para no despreciar el regalo, decidió comenzar de a poco. Enfrentarse a un libro extenso la abrumaba, así que dedicó una hora antes de dormir a leer unas páginas. Al principio no sintió una conexión especial con la lectura, y el plan parecía destinado al fracaso, como otros intentos anteriores. Todo cambió cuando un amigo le prestó I Don’t Want to Grow Up (No quiero crecer). A los 23 años, Irene se encontraba en lo que llamaba «la crisis de los 20», una etapa en la que trabajaba, pero no encontraba cosas que la apasionaran. En cada página, encon - tró reflejados sus miedos y dudas, también la certeza de que no estaba sola. Ese libro le reveló que su problema no era la lectura, sino elegir temas que la inspiraran.
Irene, por ahora, se concentra en las pequeñas victorias: terminar libros cortos como los del escritor colombiano Mario Mendoza, compartir recomendaciones con sus amigos y explorar temas que la inspiran a trazarse metas y a no quedarse estancada. En cada página encuentra un nuevo motivo para avanzar, ya sea en su aprendizaje del inglés o en su búsqueda de respuestas a las grandes preguntas de la vida.
En el libro Hábitos Atómicos, el autor, James Clear, propone estrategias para reconocer la psicología detrás de la formación de hábitos, cómo crear nuevos y deshacerse de no deseados. Con pequeñas acciones se logran impactos significativos en nuestras vidas, como hacer ejercicio físico estableciendo metas y plazos.
Según Clear «un minuto de práctica de guitarra es mejor que nada de práctica. Un minuto de lectura es mejor que nunca abrir un libro.
Es mejor hacer menos de lo que te propusiste que no hacer nada». Te compartimos un esquema tomado de Hábitos Atómicos que puede ayudarte a emprender el camino a adquirir un hábito en tu vida.
Hábito: leer
Fase 1
Buscar una historia que te interese.
Fase 2
Leer una página diaria como mínimo.
Fase 3
Llevar el libro contigo para leerlo en momentos libres.
¿Cuál crees que es la mejor ruta para adoptar un hábito nuevo en tu vida?
Leer es encender una vela en la oscuridad; cada página aviva la luz que ilumina nuevos mundos. Así lo hizo Irene, quien noche a noche, fue incorporando a su vida la lectura y el aprendizaje del inglé.
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