Juan Daniel Mazo Barrientos, jefe de la maestría en Estudios del comportamiento en la universidad Eafit, nos guía en el descubrimiento de cómo los pequeños actos nos definen.
¿Pueden los actos pequeños y repetidos moldear nuestro bienestar emocional y mental?
Estamos determinados por lo que hacemos día a día, porque eso le da significado y propósito a nuestras vidas. Lo que repetimos constantemente se convierte en hábitos o conductas y esas conductas son la manera como enfrentamos la incertidumbre diaria. Por ejemplo, aunque fumar sea dañino, lo seguimos haciendo porque nos da un momento de certeza en lo incierto. Esos gestos rutinarios, aunque a veces imperceptibles, estructuran y dan sentido a nuestros días.
¿Por qué los pequeños actos repetidos son importantes qué nos permiten y qué no, qué es lo que vemos y lo que no?
Las personas somos muy sensibles al placer y respondemos con motivación a estímulos que nos dan satisfacción inmediata. Sin embargo, mantener esa motivación en el largo plazo es complicado. Esto explica por qué nos inscribimos al gimnasio o hacemos planes de ahorro, pero con el tiempo dejamos de cumplirlos: el impacto inicial de la motivación desaparece porque sostener esas conductas requiere constancia. Es algo normal.
Por ejemplo, durante la pandemia, muchos quisimos leer más, pero entre la primera y la última página de un libro, sucede la vida y abandonamos el propósito. Ahí entra la importancia de nuestra sensibilidad al placer y de cómo tomamos decisiones para moldear comportamientos repetitivos. Creo que los libros de autoayuda tienen una idea clave: no podemos lograr grandes cosas a largo plazo sino empezamos con pequeños pasitos en el corto plazo.
¿Cuál es el poder de los pequeños actos?
Los grandes logros, como graduarse, son momentos significativos que no serían posibles sin los pequeños esfuerzos del día a día. Esa foto con el diploma es lo que nos motiva a madrugar, trasnochar o leer más de lo que se nos exige. Las grandes celebraciones nacen de pequeños actos. Hay un concepto interesante de un libro de Thomas Schelling, que dice que los micro motivos construyen las macro conductas. Esas pequeñas motivaciones diarias, ya sean extrínsecas como el orgullo de tu familia o intrínsecas como tu propio sentido de logro.
¿Por dónde podemos empezar para beneficiarnos de los pequeños actos en nuestras vidas?
Empezar es difícil, pero sostenerse en el esfuerzo constante es aún más complicado. Para lograr grandes metas, como convertirse en doctor, primero hay que pasar por pasos necesarios: preescolar, primaria, secundaria. Así es como funciona el progreso, no se puede saltar etapas. Por eso, es importante establecer metas pequeñas y cumplirlas de manera gradual, debido a que eso aumenta la motivación y nos mantiene encaminados hacia objetivos mayores. Por ejemplo, colocar alimentos saludables a la altura de los ojos de los niños es una manera sencilla de influir en sus elecciones. Además, herramientas visuales, como los nudges (empujones), pueden aumentar significativamente la probabilidad de que las personas adopten comportamientos deseados. Esto puede aplicarse en diversos contextos, desde la economía hasta la seguridad vial. Por ejemplo, colocar alimentos saludables a la altura de los ojos de los niños es una manera sencilla de influir en sus elecciones.
¿Cuáles son esos pequeños actos que puedes adoptar para hacer realidad grandes logros?
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