Prometer algo en un mundo en el que el futuro es incierto y las palabras han perdido valor es un acto rebelde. La promesa nos conecta con un futuro compartido. Conversamos con Adolfo Eslava Gómez, director de EAFIT Social.
Según la Encuesta Mundial de Valores, en Colombia la confianza de personas adultas y mayores se redujo, contrario a la de las y los jóvenes entre 25 y 35 años, que incrementa - ron su índice de confianza interpersonal en 16 puntos porcentuales. ¿A qué se le puede atribuir este comportamiento?
Que la juventud recobre la confianza es el punto de partida para darle fundamento al camino que nos permita crear la capacidad de ser agentes de los cambios anhelados para vivir mejor juntos. Es posible plantear un sendero que va de la confianza a la esperanza por medio de la vida cotidiana, común y corriente. No se trata de esperar por milagros divinos ni designios extraordinarios, pues la riqueza de la vida en comunidad aguarda por ser mejor comprendida y valorada como lo que ha sido: una esfera civil que crea soluciones a desafíos comunes. Por ejemplo, a pesar de los pesares, la confianza ocurre y hace que sucedan la reciprocidad y la reputación, con ellas se hace patente la disposición a cooperar.
La escritora Marina Garcés, en El tiempo de la promesa, asegura que la promesa puede ser una herramienta para resistir la fragmentación y construir sentido en la incertidumbre. Con esa riqueza cotidiana que poseemos en el uso de la palabra, conviene reivindicar la promesa como escenario de interacción confiada. En lugar de la promesa que la politiquería ha malogrado, démosle cabida a la promesa íntima desde la amistad y a la promesa comunitaria desde la ciudadanía. Recordemos lo que nos dice la canción por todos conocida: «no siempre todo va bien, problemas no faltan, pero donde hay amistad, nace la esperanza». Así, pensemos y hagamos posible que la promesa vuelva a ser la moneda intangible para activar la capacidad de imaginar mejores realidades, incluso en momentos de crisis.
¿Qué consejo daría a aquellos que desean vivir de una manera en la que cada acto cotidiano, por pequeño que sea, refleje su compromiso con los demás? Se dice que conversando se entiende la gente, pues también conversando, la gente confía y coopera. Somos inmensamente ricos en plantear preguntas, proponer ideas, construir argumentos, imaginar futuros, dibujar sonrisas, transformar pensamientos en acciones, persuadir a otros, sumar a los demás. Todo ello ocurre gracias a la centralidad de la palabra. Conversar es gratuito, conversar es encuentro, conversar es asombro, conversar es desacuerdo, conversar es llegar a acuerdos, conversar es mejor y quien conversa, confía.
¿Cómo reivindicas la promesa en tu cotidianidad?
Las promesas nos permiten acercarnos y construir visiones de futuro compartidas.
Etiquetas:
promesafuturoadolfoeslavaSuscríbete a nuestro boletín y mantente actualizado.
La Revista Comfama es un medio de comunicación educativo, de circulación gratuita, que tiene como objetivo generar conversaciones sanas y constructivas que transmitan valores positivos a través del poder del ejemplo y las historias.