Ganar o morder

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Julián Gómez, arquitecto y profesor de casi 40 años, escribió una carta a su niño interior, quien aprendió a perder y a ganar a través del juego.

Querido yo,

Desde niño, el juego fue una parte esencial de nuestra vida. Ser hijo único nos permitió acce - der a muchos juegos que otros no tenían. La casa era un lugar popular y de reunión: futbo - lito, Nintendo, siempre algo nuevo. Éramos los protagonistas. Sin embargo, el juego no solo era diversión, empezó a ser como un espejo en el que se reflejaban nuestras emociones y situaciones no resueltas.

Solo queríamos ganar y tener el control; ser el mejor reivindicaba muchas cosas personales y emocionales: nos hacía brillar, nos hacía distintos, nos hacía sentir valiosos. Recuerdo que en el kínder, cuando teníamos cuatro años y medio, jugábamos a una lotería con otros dos compañeros. Nos faltaba una ficha para ganar, la de la guitarra. Cuando salió, otro niño nos la quitó y dijo que él había ganado. No era cierto, hacía trampa. Nos dio tanta rabia que lo mordimos.

Con el paso de los años, entendimos que nuestra personali - dad y motivaciones se basaban en el reconocimiento de los otros. Tuvimos que trabajar en nosotros, tuvimos que observarnos, reconocernos y admitir lo que hacíamos mal. ¿Fue fácil? ¡No! Fueron años de experimentos, de momentos en los que tuvimos que contenernos y reflexionar acerca de lo que sentíamos.

Hoy nos felicito. Ya no importa si ganamos o no, encontramos la validación en nosotros mismos. Aprendimos a darle un uso al juego, lo convertimos en un termómetro de nuestras emociones. Sabemos divertirnos y disfrutar el momento. Nos reconocimos competitivos y siempre hacemos lo mejor posible, pero si las cosas no salen como imaginamos, preferimos enfocarnos en la cercanía con los otros y en la satisfacción de haber compartido un buen rato.

Dice la ciencia:

Fomentar una mentalidad de crecimiento ayuda a los niños a entender que las habilidades se desarrollan con esfuerzo y práctica. Así, ven la derrota como una oportunidad para aprender y mejorar.

#JUGAMOS para conocernos y reconocernos.

¿Cómo aprendiste a perder y a ganar?

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