Aprender inglés, del «no entiendo» al trabajo soñado

Caren Agudelo, a sus 26 años, mira su vida con una mezcla de asombro y gratitud. «Soy resiliente», dice sin dudar. Quizás porque empezó a trabajar desde muy joven y aprendió a valerse por sí misma, a avanzar incluso cuando no había un mapa claro del futuro. Algo sí tenía certeza: quería abrirse camino y estaba convencida de que la educación transforma vidas.

Su primer intento fue veterinaria en la Universidad de Antioquia, amaba a los animales, pero pronto entendió que querer algo no siempre significa tener la vocación para ejercerlo. Probó luego con ingeniería ambiental, mientras trabajaba para sostenerse, sin embargo, en las aulas descubrió que tampoco la enamoraba.

Una amiga la invitó a explorar el mundo de la tecnología y pasó meses viendo tutoriales, intentando descifrar información que parecía escrita en otro idioma. «Llegué a un punto en el que no entendía nada. Me estaba enloqueciendo», recuerda. Buscó entonces una formación más estructurada y encontró el Cesde, no obstante, no podía pagar la matrícula. Justo cuando estaba por rendirse, recibió un correo: Globant la había seleccionado a través de una base de datos para un patrocinio empresarial que cubriría sus estudios técnicos allí. «Yo no lo elegí, me eligió a mí», dice todavía sorprendida.

La decisión implicaba ganar durante medio año la mitad del salario mínimo y luego un año con un salario mínimo completo. No lo dudó. Desde el primer día tuvo claro que dominar el inglés sería fundamental, no solo para estudiar tecnología, sino para trabajar con empresas extranjeras. «Uno sueña con ganar en dólares, pero si no hablas inglés, no hay manera», dice riéndose. Se inscribió en academias, buscó materiales gratuitos, organizó rutinas de estudio y se exigió más de lo que creía posible.

Tras terminar su formación Caren quería cosechar más logros trabajando en una empresa extranjera como Globant. El recorrido no fue sencillo, como junior enfrentó proyectos que buscaban perfiles más experimentados, situaciones inestables y la incertidumbre de no saber si renovarían su contrato. Además, debía participar en reuniones en inglés, en las que los nervios la retaban.

Actualmente su rol es Quality Control Analyst, encargada de garantizar que los productos cumplan con los estándares de calidad y seguridad. En el recorrido comprendió que las habilidades blandas como la comunicación, la disciplina y la empatía son tan importantes como cualquier conocimiento. Esa mezcla la ayudó a construir redes, abrirse espacio y crecer. El inglés, que sigue estudiando a diario, le ha permitido permanecer en Globant y conocer otros países.

Enfrenta la frustración cuando aparece y celebra sus logros: puede invitar a su familia a comer sin preocuparse por llegar a fin de mes, planea, se proyecta y sueña con que un día ayudará a muchos perritos a través de fundaciones.