¿Qué es ser ateo? Nada distinto a ser zurdo o a ser pecoso, es una condición, un punto de llegada luego de la profundización y la conciencia mediante la lectura y el análisis de las posturas respecto a las religiones. Simplemente, ante la pregunta de si existe o no un dios, consideramos que la respuesta más sensata es que no. Una conclusión que no te hace mejor o peor que nadie.
¿En qué cree un ateo?
En muchas cosas: desde las relaciones humanas creo en la empatía, en el respeto, en la tolerancia, en la capacidad de ponerte en los zapatos del otro, en la conmiseración. Por supuesto, creo en una escala de valores que yo me autoimpongo. En lo que no creo es en que para cumplir esa escala de valores tenga que hacerlo en respuesta a un dios que me lo exige. Eso no es moral, eso es estar amaestrado.
Es completamente válido que se puede ser feliz siendo católico, conservador o godo, pero hay otras formas de ver el mundo, y en la medida en que se comprenda que es igualmente legítimo, se va a enriquecer nuestra sociedad y va a llegar a otro plano, al del reconocimiento de la diversidad” .
¿Cuándo te volviste ateo?
Todo es un proceso lento y progresivo. Recuerdo momentos en los que era muy creyente con una cruz al pecho, recuerdo instantes en los que me declaraba agnóstico, y luego me di cuenta de que en realidad no era ni lo uno ni lo otro, sino que simplemente era ateo. En verdad, no recuerdo un día específico. El final del proceso fue ser ateo, algo que no te define como persona, así como a nadie lo define ser gay.
¿Te han discriminado en Medellín por ser ateo?
No. Lo que pasa es que yo me muevo en un ambiente laboral en el que eso parece ser muy cool, hago canciones y soy artista. Pero sí conozco casos de personas que han tenido que renunciar a posgrados y a trabajos porque no tienen una creencia religiosa.
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