¿Sabías que jugar no es solo para niños? Descubre por qué deberías incluir el juego y la lúdica en tu vida diaria. Conversamos con Néstor Sánchez Londoño, tecnólogo, con estudios de maestría y doctorado en recreación.
1. ¿Por qué nos gusta jugar?
Nos gusta jugar porque es algo natural e inherente al ser humano. Por ejemplo, el juego emerge cuando un niño repite una acción solo porque le produce placer.
2. Si es algo tan natural, ¿por qué a medida que crecemos dejamos de jugar?
Porque el mundo productivo es muy complejo para los adultos. A medida que crecemos, nos dicen «usted ya no debe jugar, tiene que hacer cosas serias que produzcan». Así se sataniza lo que en teoría no sirve. El juego es autotélico, un fin en sí mismo, y por eso se cree que hay que desecharlo cuando somos adultos.
3. ¿Solo pueden jugar los niños?
No. Existen muchos filósofos e investigadores que dicen que el juego es un asunto existencial, no infantil. Por ejemplo, la doctora colombo-mexicana Lucía Mantilla dice que el binomio juego-infancia es dañino porque el juego es humano, no infantil.
4. ¿Y entonces qué hacemos para divertirnos?
Yo les digo a mis estudiantes que la lúdica no puede ser ni una actividad ni una actitud. No es una actividad porque la lúdica está en la sensación de gozo que se experimenta. Tampoco es una actitud porque es algo que nace y muere con nosotros. El juego es una expresión de la vida humana, no solo de los niños. Divertirse y entretenerse son actos fundamentales porque nos acercan al otro, aunque también puedan surgir conflictos, algo natural en las relaciones humanas.
5. ¿Cómo podemos empezar a reconciliarnos con nuestra dimensión lúdica?
Primero, preguntarnos qué nos gusta y nos hace disfrutar la vida, porque ahí reside nuestra dimensión lúdica. Segundo, hacer esas actividades, entendiendo que no debemos «jugar como niños», sino como adultos que tenemos capacidad de disfrute y placer.
Dice la ciencia:
El juego y la lúdica ofrecen grandes beneficios para los adultos:
Inteligencia emocional y resiliencia: fortalece la capacidad de recuperarse del estrés, mejora la inteligencia emocional y rejuvenece mente y cuerpo.
Creatividad y motivación: estimula el cerebro y la creatividad, siendo un motor de motivación básico.
Productividad: mejora la calidad de vida y la productividad al cambiar de entorno y añadir experiencias lúdicas al trabajo.
Mente activa: juegos de mesa y experiencias lúdicas mantienen el cerebro activo y ágil en los adultos mayores.
#JUGAMOS porque nos hace más felices
¿Cómo le agregas juego y lúdica a tu vida?
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