Casa Tres Patios es el proyecto de vida de Tony Evanko, un estadounidense que sin imaginar hace 16 años que viviría en Medellín, llegó a la ciudad, se sintió abrazado por su movida cultural, inspirado por el trabajo de los artistas y desde hace siete años lidera este centro cultural.
Luego de vivir por 53 años en Estados Unidos y de ganarse la vida como arquitecto y artista, Tony por fin tenía la solvencia necesaria para viajar y conocer el mundo. Esto, al contrario de generarle placer, lo llenó de una profunda incomodidad.
Durante sus viajes conoció países que habían estado en guerra, habían sufrido su impacto y empezó a cuestionar el papel de su país en ellas.
Lo embargaba una inconformidad política al vivir en una burbuja de privilegio. Se sentía asqueado y decepcionado de que esa fuera la realidad, veía noticieros, las imágenes de la guerra y de los rostros violentados y tenía una sensación de impotencia.
Tenía que «gritar» el malestar que sentía y cuestionar por qué la sociedad en la que vivía se quedaba de brazos cruzados. Encontró en el arte, su pasión desde siempre, la posibilidad de hacerlo. Creó una serie de mapas con intervenciones artísticas que exponían los sucesos violentos de los países que había visitado y también del suyo, entre ellos, los del 11 de septiembre.
Juan Alberto Gaviria, director de la galería en la Corporación Cultural Centro Colombo Americano conoció esta obra en Nuevo México e invitó a Tony a presentarla en Medellín en 2001. En esta visita, además de presentar su cartografía, compartió, gracias a Juan Alberto Gaviria, su conocimiento con diferentes grupos sociales. La ciudad vivía un pico de violencia, pero Tony se impactó al ver lo que estaban haciendo y el talento que tenían artistas como Fredy Serna y su colectivo artístico en el barrio Castilla y proyectos sociales de corporaciones como Nuestra Gente, con Jorge Blandón, o Corporación Región. Ellos le compartieron un proyecto que involucraba la investigación y el arte con comunidades desplazadas.
Su paso por la ciudad fue rápido y quedó sembrado su deseo de volver para apoyar de alguna manera a esos estudiantes y colectivos culturales que había conocido y en los cuales había encontrado inspiración. Personas que, a través del arte, habían trascendido la queja y la insatisfacción que él había sentido.
Para poder volver, gestionó una beca del programa Fullbright y cinco años después regresó becado y con red de contactos y amigos en Medellín. Se sentía abrazado por la gente y convencido de que podía aportar su visión y todo lo que sabía a una sociedad que lo acogería.
De la beca recibía un dinero considerable para vivir tranquilo en Medellín. Como no requería un apartamento de lujo y, además, muchos estudiantes y artistas locales necesitaban un lugar para la experimentación artística, buscó una casa grande y encontró una con tres patios, en el barrio Buenos Aires, allí estuvieron seis meses, después se mudaron a Prado, lugar que habitan hoy. Así nació Casa Tres Patios en 2007.
La casa empezó a llenarse, generaba espacios dispuestos para la experimentación y ofrecía residencias para estudiantes. Descubrieron que la casa debía trascender el tiempo de la beca de Tony y ser sostenible, por eso, gestionaron con entidades locales, nacionales y hasta internacionales, la financiación de recursos.
La Secretaría de Cultura, el Ministerio de Cultura y la Arts Collaboratory de Holanda, vieron en Casa Tres Patios un espacio comunitario y artístico.
Tony está orgulloso de su decisión al quedarse y comprometerse con la cultura de un país que no es el suyo y, además, satisfecho al consolidar Casa Tres Patios como el espacio de los artistas emergentes, el trabajo en red y la transformación social de las comunidades a través de la cultura.
«Esas experiencias que conocí la primera vez, fueron las semillas que me inspiraron para aportarle a Medellín», dice Tony
#Welcome a los actores culturales que apoyan y nutren el talento local
¿Cómo prevenir sentimientos de odio y xenofobia hacia los extranjeros que nos visitan o nos eligen como su lugar de vivienda?
«Creo que motivar una xenofobia contra el turismo sería negativo. Medellín y Antioquia son lugares ideales para una segunda residencia, para que vengan personas de otras partes del mundo. Pero todo tiene que ver con algo que desafortunadamente adolecemos: la anticipación a esos procesos para que sucedan de una forma más armónica y más lenta. Para eso se requiere regulación y control. En esta dinámica, el Gobierno es absolutamente clave». Alejandro Echeverri, Arquitecto urbanista de Urbam, EAFIT. ¿Qué propones tú?
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